HACE UNOS DÃAS escuché en una estación de radio (creo que la 88.9), una canción sobre Hermosillo que dibujaba lo más negro de la ciudad, sobre todo en materia de inseguridad.
Me molestó pues el primer paso para que la capital se vaya al abismo es manejar ese tipo de música generalizada en la ciudad, no focalizada en algún personaje.
Recordé que hace años, en los peores momentos de sequÃa, El Imparcial dedicaba sus ocho columnas a dicho fenómeno una y otra vez. Algunas empresas se alejaron de nuestra ciudad y se fueron a Chihuahua.
También hace buen tiempo, quienes dirigÃan las cámaras empresariales se acercaron a un grupo de periodistas para solicitarnos que le hiciéramos vacÃo a un sindicato nacional del entonces DF que venÃa a poner en jaque la situación laboral en Sonora, empezando por llevar a huelga a la planta Ford. RequerÃan dicha organización gremial, de los medios informativos para hacer el mayor ruido posible y asentarse en la ciudad. Funcionó la estrategia y aunque se instaló en esta tierra, no creció gran cosa.
Luego se vinieron otras estrategias relacionadas con el tratamiento a la inseguridad, sobre todo la del “dÃa después†que consistÃa en otorgarle a la autoridad capitalina en caso de crÃmenes muy gruesos, la oportunidad de un dÃa de descanso a la nota que, si se publicaban, pero se les daba oportunidad de contar con información sobre el caso para contrarrestar un poco el daño colateral que pegarÃa en la imagen de la ciudad.
Más atrás, no recuerdo si fue con Manlio, se abrió un área en la procuradurÃa manejada por Gustavo Salazar (qepd) mediante la cual se realizaban reuniones en los barrios y se platicaba sobre los problemas de seguridad del sector visitado. Tuvo mucho éxito pues eran concurridas y entre más gente asistiera mejor debido a que no se sabÃa quien les ponÃa el dedo a los malandros y la clave del éxito era que se actuaba esa misma noche.
Más para acá recuerdo que existÃan grupos de voluntarios –policÃas hechos y aspirantes--, que salÃan por la noche a realizar recorridos en jeeps de tránsito con Roque Morán al frente y visitaban las colonias más peligrosas bajo tres consignas: hacer acto de presencia, enfrentar a los dañistos alejando de las calles a los drogos y como el Jodex, desaparecer las bolitas de pandilleros que se hacÃan.
Eran jornadas peligrosas pues hubo hasta batallas campales y enfrentaban agresiones con pistolas y armas punzocortantes, como dicen en el argot. Pero también se curtÃa a los integrantes y se sabÃa quien servirÃa para ser buen policÃa y quien le tenÃa miedo a los cocolazos.
Pero eran acciones que servÃan. Por lo menos mantuvieron la tranquilidad nocturna de la ciudad durante sus dos años de existencia. A este grupo lo tacharon de anticonstitucional y quesque violentaba los derechos humanos y desapareció. Posteriormente nacerÃa el GOT –Grupo de Operaciones Tácticas--, pero bajo otra dinámica de respuesta rápida más que preventivas-persecutorias-cocolazos.
Con Eduardo Bours como gobernador el ataque a la delincuencia fue directo, tan es asà que exigÃa a sus comandantes estatales una cuota de detención diaria de distribuidores de drogas, sobre todo los que estaban cerca de las escuelas. Y sÃ, bajo el Ãndice de consumo y venta.
Luego tenemos esa genial idea implementada por el entonces secretario de Seguridad, Adolfo GarcÃa Morales que consistió en mover de lugar las jefaturas de la policÃa estatal y a sus integrantes. La idea central era que no echaran raÃces para evitar con ello el mayor grado de corrupción posible al limitar el acercamiento de los malandros con las fuerzas del orden.
¿Y qué me dice de la garra y liderazgo del comandante Pavón (Juan Manuel Pavón Félix + ) quien desde un helicóptero se enfrentó a aquella caravana de sicarios, creo que en Imuris, acompañado en su mayorÃa de recién egresados de la escuela de policÃa (ISSSPE) y les hicieron frente?
Por cierto, ocurrió entonces que se les acabó el parque y el Ejército no querÃa soltarlo. Presionaron lo suficiente para que lo entregaran. En paz descanse el comandante Pavón quien se convirtió en todo un personaje, de esos que ya no tenemos en las filas policiacas y si los hay, no trascienden pues ahora todo se hace en base a esa mesa de seguridad en la cual no hay responsables directos de sus fallas o aciertos. No hay una figura a la cual seguir e imitar.
Aunado a lo anterior, y que resultó una estrategia bien desarrollada, está el blindaje fÃsico y estructural que se le hizo a las oficinas de la entonces policÃa judicial pues luego de que les arrojaran una o dos granadas, se le destinó presupuesto para construirle enfrente unos maceteros macizos con espacios estratégicos para responder con bala a futuros ataques.
Me pregunto si habrá presupuesto en la secretarÃa de seguridad para proteger todos aquellos espacios fÃsicos que lo requieran o vaya, si por lo menos ha sido visto o avizorado este detalle en la mesa de seguridad.
El hecho es que de alguna manera existÃa un acuerdo entre los periodistas y buena parte de la ciudadanÃa que consistÃa en cuidar lo más posible la imagen de Hermosillo en el entendido de que hay que hablar bien del camello para venderlo más caro. Claro, la crÃtica mordaz siempre existe y existirá, pero de alguna manera esa querencia nos permitÃa establecer un pacto interno para cuidar el lugar donde vivimos y reforzar el sentimiento de orgullo, de pertenencia, que nos quiere quitar la dañina canción mencionada al principio.
ValdrÃa la pena que el alcalde Toño Astiazarán reviviera ese pacto ciudadano por Hermosillo.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez AlegrÃa es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, MaestrÃa en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEOâ€, ConsultorÃa Especializada en Organizaciones…
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