La suspensión de Julio Urías llega a su fin el miércoles 16 de julio, y a partir del jueves el lanzador mexicano será eliminado de la lista de jugadores restringidos de las Grandes Ligas, lo que significa que podrá ser contratado por cualquier equipo que desee sumar al zurdo sinaloense a su rotación.
Urías, quien fue una de las principales figuras de los Dodgers en temporadas recientes, es el único pelotero en la historia de las Grandes Ligas que ha sido suspendido dos veces por violar la política de violencia doméstica y agresión sexual de la MLB.
La más reciente sanción, que lo apartó de los diamantes durante casi un año, generó amplio debate sobre su futuro en el beisbol profesional.
Pese a ello, su agente, el reconocido Scott Boras, aseguró que el pelotero de 27 años está decidido a retomar su carrera.
“Aún tiene toda la intención de continuar su carrera. Se está poniendo en forma. Obviamente, tendrá opciones a su disposición”, declaró Boras al diario Los Ángeles Times.
Julio Urías no ha lanzado en un partido oficial desde septiembre de 2023, cuando fue separado del roster de los Dodgers tras ser arrestado por un incidente de violencia doméstica ocurrido en Los Ángeles. En 2019 ya había enfrentado una suspensión de 20 juegos por un episodio similar.
A lo largo de su trayectoria en MLB, Urías suma marca de 60-25 con efectividad de 3.11 en siete temporadas, todas con la novena angelina. Fue clave en la conquista de la Serie Mundial en 2020, pero desde entonces su carrera ha estado marcada por altibajos dentro y fuera del terreno.
El regreso del sinaloense al panorama de Grandes Ligas abre un nuevo capítulo que podría generar opiniones divididas entre aficionados, analistas y organizaciones. Aunque deportivamente aún tiene edad y talento para aportar, las cuestiones extradeportivas podrían influir en la disposición de las franquicias para ofrecerle una nueva oportunidad.
De momento, el nombre de Urías vuelve a estar sobre la mesa y, según Boras, no tardará en explorar sus opciones. La atención se centrará en cuál será el primer equipo dispuesto a asumir tanto el riesgo deportivo como el debate público que su regreso implicaría.